Presuntamente la secuestró, golpeó y abusó sexualmente de ella, en un vehículo, a la que introdujo tirando del pelo.
Gracias a los desgarradores gritos de socorro que esta niña pudo exclamar, los vecinos se asomaron a sus ventanas y telefonearon a la Policía para su auxilio.
Tras una interminable hora de búsqueda, uno de los patrulleros de Policía Local procedió a la detención de este presumible despojo de ser humano, quien después de sus ultrajes, seguía teniendo retenida a la niña, con la cara ensangrentada y deformada, y con un futuro desenlace que hacía presagiar lo peor para la niña.
Algunos pensarán que me equivoco al calificar de “niña” a la víctima de estos atropellos, y que sería más correcto por su edad llamarla como mujer.
Posiblemente, y técnicamente así será lo correcto. Pero para mí es niña porque para mi no es un número dentro de una estadística. La conozco desde pequeñita, y ha entrado y salido en mi casa como parte de mi familia.
Es amiga de mi hija (de 21 años) desde los primeros cursos de EGB, y en mi casa la he tenido jugando, ayudándoles a preparar sus fiestas de pijamas, llevándolas de la piscina de una, a la casa de otra. En definitiva, es parte de mi hija, y por eso, para mi es una niña como la mía.
Quiero decir con esto, que manifiesto mi mayor agradecimiento y reconocimiento profesional a mis compañeros, que tuvieron la fortuna de poder salvar la vida en extremo peligro de esta niña, haciéndome sentir al mismo tiempo muy orgulloso de pertenecer al cuerpo de la Policía Local de Lucena.
Por supuesto hago extensivo mi respeto y reconocimiento a todos mis compañeros que intervinieron en el servicio de búsqueda y localización del vehículo.
Salvar vidas es un acto reservado a muy pocos. Por eso quizás en nuestra profesión, nuestros propios vecinos algunas veces nos exijan un rendimiento de héroes con superpoderes, cuando en realidad no dejamos de ser unos trabajadores con unas determinadas herramientas de trabajo.
Pero es entendible, son sus “niñas” o sus “niños” por los que nos piden auxilio y vigilancia.
Enhorabuena compañeros!! , Chapeau!!
Y ahora que os den o no Medalla al mérito policial, que os Feliciten en Pleno de la Corporación, o que con el tiempo podáis ascender profesionalmente. Todo puede llegar a ser posible. Pero hay algo que ya es vuestro y no os lo puede quitar nadie: vuestra Dignidad Profesional.
Habéis salvado LA VIDA de una niña lucentina!!
Gracias en nombre de muchos lucentinos y especialmente en mi nombre.
Fdo: José María Muñoz Lozano, policía local.
Enhorabuena a los compañeros actuantes, y mi felicitación al autor del artículo, por recordar la buena labor que hace la policía en general, y lo poco reconocida que es.
ResponderEliminarUn saludo
¿Habéis visitado el blog del CSIF?
ResponderEliminarCada vez se parecen más a los de la USPLL.
Mi felicitación a los agentes que con su heróica actuación procedieron a la detención de este individuo evitando sin lugar a dudas una desgracia mucho mayor. Mi felicitación también al autor de este artículo.
ResponderEliminarLos compañeros que intervieron se merecen todos los reconocimientos oficiales.
ResponderEliminarAunque algunos, que en su día percibieron 2.000 € por una patochada de informe, digan ahora que hay que poner el listón alto para la concesión de los reconocimientos meritorios.
Yo pienso que todas las intervenciones meritorias o donde la iniciativa propia de los agentes se resaltase, debían ser recompensadas, aunque sea una simple nota de felicitación de la Delegación, y más cuando pienso en cuantas intervenciones excepcionales quedan en el anonimato por no poder ser contadas por su complejidad.
ResponderEliminarTe acuerdas Pepe cuando una madrugada tuvimos que ir a la calle de las chicas alegres y nos recibió un "chorizo" que hacha en mano quería "felicitar" a un cliente por habernos llamado, y su hacha volaba sobre nuestras cabezas entre él y el aterrado cliente. Seguro que te acuerdas, ese chorizo acababa de salir de la carcel por asesinar a un policia en otra ciudad, habia cumplido 4 de los 12 años. Y al final el cliente nos pidió que no escribiesemos nada, que tenía mujer e hijos. Prometiendo que jamás engañaría a su mujer, ni volvería a beber.
Podríamos haber triunfado como la coca-cola, pero antepusimos la humanidad de no romper una familia, aunque no sabemos si hoy esa familia sigue unida.
Son multitud de acciones que los funcionarios de la policia realizan de forma destacable y exponiendo sus vidas, sin el reconocimiento mínimo de poder contarlo.
Por eso, pido el máximo reconocimiento para los compañeros que pueden contarlo y engrandecen con sus voluntarias y arriesgadas intervenciones la Dignidad y Honorabilidad del Cuerpo de la Policía Local de Lucena, tan apreciadas y protegidas por la Jefatura desde sus despachos.
El artículo es precioso, realmente emociona a culquiera, pero especialmente a quien conozca a la niña.
ResponderEliminarYo la conozco y quiero dar desde aquí las gracias al autor del artículo por sus palabras, llenas de sensibilidad, ya que gracias al apoyo de gente como él, la niña sigue adelante.
En este caso hay mucha gente a la que dar las gracias; desde la persona que llamó por teléfono dando el aviso cuando todo comenzó y así dió la alerta sin la que no hubiesen podido buscarla, hasta la gente que hoy en día le sigue dando ánimo y muestras de cariño; sin olvidarme de su familia y sus amigos cuyo apoyo ha sido el pilar de donde ha podido sacar fuerzas, gente como el autor de este artículo que le muestra su afecto y cariño, y por supuesto,las personas que la rescataron y que evitaron que ocurriera algo peor.Con esto último quiero subrayar la excelente labor que realizó la Policía Local de Lucena con su actuación. Aunque yo más bien diría la excelente labor de dos personas que dentro del terrible momento que ella acababa de vivir pudieron darle un poco de tranquilidad y se ocuparon de ella de la mejor manera, dos personas a las que debe su vida, ya que gracias a su llegada este individuo no se la volvió a llevar quién sabe dónde, como era su intención; y por último, dos personas que no sólo cumplieron con su trabajo, sino que han hecho muchísimo más, han sido humanos y se siguen preocupando por ella.
Como conclusión yo veo que en esta historia hay un individuo horrible, un individuo sin sentimientos capaz de hacer las peores actuaciones; pero también muchas personas con muy buen corazón que se preocupan por los demás y les ayudan aportando su granito de arena.
Gracias a todos.